El rugido distante de los avisos del vigía resuena en el aire, una sombría sinfonía que anuncia la llegada inminente del enemigo. Nos encontramos en el corazón de la batalla, luchando una guerra desesperada y sin fin contra una hueste de muertos que marchan sin cesar, sus pasos guiados por oscuros nigromantes que desafían a la misma muerte.
Las semanas se han deslizado como sombras interminables, cada día una lucha por la supervivencia, cada noche un recordatorio ominoso de nuestra fragilidad. Val'Sacer, bastión de esperanza y fortaleza, yace ahora en ruinas, sus muros caídos como testigos mudos de nuestra desesperación. Nos aventuramos más allá de sus escombros, adentrándonos en el desconocido valle de Lilleum, con el peso de la incertidumbre aplastando nuestros corazones.
En medio del caos y la oscuridad, recae sobre mis hombros el peso de liderar a mi pueblo hacia la seguridad, una carga que a veces parece más pesada que el mundo mismo. Cada paso es una prueba de resistencia, cada decisión una encrucijada en un laberinto de peligros y sacrificios. Pero en el fulgor de la desesperanza, aún arde una chispa de esperanza, un destello de determinación que se niega a extinguirse.
Anhelo encontrar la fuerza dentro de mí para guiar a aquellos que confían en mí hacia un mañana más brillante, un refugio seguro donde los horrores de la guerra puedan quedar atrás, aunque sea por un breve instante. En la oscuridad más profunda, busco la luz que nos guíe a través de las sombras, y en cada paso hacia adelante, rezo para que esa luz nos acompañe en nuestro oscuro viaje hacia el mañana.
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