Hace meses, junto a mi tropa, estamos en Taure Echya. Un lugar con un hito significativo en nuestro camino hacia la unidad. A medida que mi tropa crece, se ha vuelto cada vez más cautelosa, incluyendo no solo a los elfos de Lilleum, sino también a enanos que han decidido unirse a nuestra causa. Juntos, hemos sido recibidos en esta tierra de belleza inigualable y magia antigua. Taure Echya ha sido sorprendentemente un refugio de serenidad, donde los exuberantes bosques, ríos cristalinos y majestuosas montañas se entrelazan con la magia de sus habitantes.
Al principio, la recepción de estos elfos de hielo fue distante. Sin embargo, al ver la unión entre mi tropa con los elfos de Lilleum, el ambiente comenzó a cambiar. La similitud de nuestras culturas y la historia compartida facilitaron el establecimiento de lazos a pesar de todo el dolor pasado. Los guardianes de esta tierra han compartido con nosotros sus conocimientos sobre la convivencia con las criaturas mágicas y los espíritus antiguos que habitan los bosques ancestrales. Es fascinante ver cómo han transformado la adversidad en oportunidad, respetando y protegiendo su entorno, incluso en los entornos extremadamente fríos de los bosques helados y tundras congeladas.
La llegada de elfos y enanos a mi tropa ha facilitado nuestra integración en Taure Echya. Juntos, hemos compartido historias de lucha y esperanza, forjando un vínculo que trasciende las diferencias. La conexión entre nuestros pueblos se ha fortalecido a medida que reconocemos nuestra historia compartida y nuestra visión común de un futuro en unidad.
Para mí este es un paso de esperanza. Siento que no estoy en mi hogar, pero nos han podido comprender y su hospitalidad ha sido la más grande que jamás nos han dado.
Siento un orgullo y admiración que no sabría agradecer.
Muchos de nuestros elfos han visto que este podría ser su nuevo hogar y temo por que Val’Sacer no vuelva a ser la misma.
Con agradecimiento y temor,
Jolie Lyssenfleur