Hoy, al llegar a las fronteras de Gorbaug, me encuentro ante una vasta y desolada tierra que, a pesar de su crudeza, resplandece con una tenaz resistencia. Sabíamos que la única forma de obtener información sobre su resistencia eran eruditos, orcos estudiosos, no unos simples guerreros.
Aunque aún no hemos cruzado sus fronteras, el ambiente es palpable. La tensión en el aire es densa provocadas por la guerra entre Eurequia y Valeria. Nos jugamos mucho, esa guerra puede suponer la decisión entre elegir un bando u otro, y no puedo mostrar mis cartas tan fácilmente. Nuestro objetivo aquí no es iniciar un conflicto, sino buscar conocimiento, comprender los métodos de resistencia que han utilizado a lo largo de generaciones. Aunque aún no hemos tenido acceso directo a sus líderes, seguimos con la esperanza de que podamos conseguir la información necesaria para continuar.
Sé que la desconfianza hacia ellos es grande, especialmente por los desbordantes relatos de barbarie que se han tejido a lo largo de los siglos. Pero lo que necesitamos ahora es pragmatismo, no sólo tradición ni orgullo.
No obstante, aún no hemos hecho contacto directo, y si Gorbaug se cierra ante nosotros, la travesía que he emprendido hasta aquí habrá sido en vano. Sin embargo, si los orcos aceptan hablar, podremos obtener respuestas cruciales que nos permitan planificar nuestros siguientes pasos.
No soy estúpida, si ocurre algo, no estaremos de brazos cruzados.
Jolie Lyssenfleur